Después de cuatro décadas de las aventuras de Palau es que se vuelve a identificar otro intento por producir un producto fílmico dominicano. La tiranía dejada atrás cortó todo intento de un proceso de hacer cine en República Dominicana. La falta de preparación técnica y los problemas de financiamiento, redujo toda iniciativa para lograr ciertos objetivos concretos dentro del área.Cuando Franklin Domínguez llegó a Nueva York en 1961 se reunió accidentalmente con su antiguo compañero del teatro de Bellas Artes, Camilo Carrau.
A Carrau le interesó escribir un libreto para el cine y filmarlo con el camarógrafo Clark Jonson. Ninguno de los tres había tenido experiencia antes en una producción de largo- metraje. Carrau había actuado en la 20th Century Fox en aspectos relacionados con el cine y aprovechó su trabajo allí. Jonson, por otra parte, trabajaba en un estudio de comerciales.
Domíguez escribió un libreto que trataría el problema puertorriqueño en Nueva York. Se titulaba "Extraño en su propio mundo". El costo de la producción los hizo desistir. Domínguez, entonces, a fin de no dejar caer el proyecto, sugirió filmar su monólogo teatral "¿Quienes son mis jueces?". La idea entusiasmó a los demás. Se decidió cambiar el título de la pieza y así surgió el primer guión de "La silla". Después de una serie de problemas económicos que amenazaron el rodaje de este filme, la cinta fue terminada y decidida a lanzarse a la vista del público dominicano.
El estreno de la película estaba anunciado en el principal teatro de la capital, pero lamentablemente los empleados de cine se encontraban en huelga y, no obstante los arduos empeños de los productores, no pudieron estrenar en la fecha señalada. A fin de imponerse a los obstáculos decidieron estrenar en Santiago y finalmente el 26 de enero de 1963, "La silla" tuvo su primera exhibición pública. En el proyecto solo actuaron Franklin Domínguez, Camilo Carrau y Clark Jonson.
"La silla" trata un asunto dominicano pero mundialmente conocido: el régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo, que gobernó esta pequeña isla del caribe durante 31 años.
El filme cuenta con un solo actor, Camilo Carrau, y a través de este carácter la película va relatando los hechos históricos que marcaron la dictadura trujillista. El actor se enfrenta a una secuencia de escenas diversas que abarcan desde el contenido filosófico de su escena, hasta aquellas desesperantes de la silla eléctrica y las cámaras de torturas de la tiranía.
La silla juega un papel importante en la película, puesto que es fotografiada desde numerosos ángulos y condiciones luminotécnicas y con gran ajuste al desarrollo del argumento. Así esta silla se convierte en las barras de una cárcel, en un púlpito, en un juez o en un fantasma. La silla alcanza, dentro de sus propias condiciones, reacciones humanas.
"La silla" plantea el problema de la juventud dominicana bajo el régimen de Trujillo. Es la historia de un joven a quien se acusa de haber traicionado a sus compañeros mientras estuvieron en la cárcel, acusados de formar un "complot" para asesinar al dictador. En su auto-defensa él expone lo fácil que es pasar del estado de héroe a traidor. Considerando que la mayoría del pueblo cooperó, en cierto modo, con Trujillo, durante sus 32 años de gobierno, él se pregunta quién puede levantar su mano contra él.
Lo lamentable es que este filme se ha convertido en un símbolo casi perdido, con pocas posibilidades de rescate, puesto que la única copia existente está en muy mal estado y que posiblemente quede entre los recuerdos de nuestra irregular filmografía dominicana.
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